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Degeneración macular: síntomas, causas y tratamiento.

La degeneración macular o “Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)” es una enfermedad oftalmológica bastante común (especialmente en personas mayores) que afecta a la mácula ocular. De hecho, supone la causa mayoritaria de ceguera legal en personas mayores de 60 años. Sin embargo, para entender su mecanismo, primero debemos saber sobre la importancia de la zona del ojo que afecta.

La mácula ocular es una parte crucial de la retina, ya que es la encargada de la visión central. En ella se encuentra la mayor concentración de células sensitivas, es decir, es la zona con mayor nivel de agudeza visual de la retina. Es por ello, que cualquier alteración en esta zona tendrá gran repercusión sobre la visión del paciente.

 

¿Qué es la degeneración macular?

Se trata de la afección de la mácula ocular que tiene lugar con el paso de los años, y que tiene una clínica bastante considerable. 

El origen de esta degeneración se encuentra en una zona concreta de la retina, formada por la  interfase fotorrecentores-epitelio pigmentario-coriocapilar. Con ¡ la edad tiene lugar una disfunción en la eliminación de los productos de desecho, de forma que aquellos procedentes de las células del epitelio pigmentario se acumularán formando unos depósitos anormales denominados drusas. 

Estas drusas pueden acumularse de forma localizada o difusa, dificultando así la visión central cuando afectan a la zona macular. Además, dependiendo del tipo de presentación, evolución y de los hallazgos a la exploración del fondo de ojo diferenciamos dos tipos avanzados de la enfernedad:

  • Degeneración macular asociada a la edad atrófica o seca: supone el 90% de los casos. Es una DMAE seca, que presenta drusas con acúmulo de pigmento y una consecuente destrucción del epitelio pigmentario, originándose a su vez una desestructuración de las capas externas de la retina. Su evolución es lenta y progresiva.
  • Degeneración macular asociada a la edad exudativa o húmeda: supone el 10%. Es una DMAE húmeda, en la que aparecen unos vasos nuevos (proliferación neovascular) desde la capa coriocapilar produciendo con frecuencia hemorragias retinianas y/o acúmulo de líquido. Este sangrado y/o líquido será el culpable de la pérdida brusca de la visión, y cicatrizará dejando secuelas visuales, es decir, su evolución será más rápida y su pronóstico es peor.

 

 

Síntomas de la degeneración macular

La sintomatología de esta patología será bastante significativa, ya que afecta a la visión central del paciente. Sin embargo, es muy importante hacer hincapié para poder diferenciarla de otras patologías oftalmológicas. De esta forma, los principales síntomas serán:

  • Pérdida de la visión central: el paciente refiere que algo le dificulta o le estorba la visión. Dependiendo del tipo de DMAE, la evolución de esta pérdida de visión será diferente. En la DMAE atrófica, la pérdida de visión será más lenta y progresiva. Sin embargo, en la DMAE exudativa aparece de forma brusca una mancha que tapa el centro de la visión. 
  • Metamorfopsia: o percepción distorsionada de los objetos y caras. Es característico de la DMAE de tipo exudativa.
  • Alteración de la sensibilidad al contraste: o dificultad de poder distinguir objetos a una determinada distancia en condiciones de baja luminosidad.
  • Alteración de la percepción de los colores. 

 

Causas y Factores de riesgo de la degeneración macular

Aunque la degeneración macular asociada a la edad es una patología muy común y significativa dentro de la especialidad de oftalmología, y a pesar de las múltiples investigaciones realizadas con la motivación de su importancia, aún no se ha llegado a comprender del todo la verdadera causa de esta enfermedad. Sin embargo, sí que sabemos de varios factores que influyen de una forma directa o indirecta sobre el desarrollo de la misma. 

Como ya hemos comentado antes, el mecanismo principal que lleva a la DMAE es el acúmulo, con el paso de la edad, de productos de desecho, llamados drusas, sobre un punto concreto del grosor de la mácula retiniana. De hecho, según diversos estudios, el 10% de las personas entre 65 y 75 años de edad sufren perdida de la visión debido a DMAE. Esta cifra aumenta al 30% por encima de los 75, aunque el desarrollo de ceguera es mucho menos común. Los principales factores que influyen en la aparición de la DMAE son:

  • Edad: se considera el principal factor de riesgo para el desarrollo de la DMAE. Con el paso de los años disminuye la capacidad de las células de la retina para eliminar los desechos metabólicos, además de aumentar la probabilidad de aparición de otras patologías que constituyen en sí factores de riesgo.
  • Tabaco: es el principal factor de riesgo modificable.
  • Raza blanca: las estadísticas demuestran una mayor prevalencia dentro de esta población.
  • Factores genéticos y antecedentes familiares de DMAE.
  • Problemas cardiovasculares: se piensa que influyen algunos de estos como la hipertensión debido a la relación de la DMAE con la afectación de los vasos retinianos.
  • Obesidad y dieta: también se ha demostrado cierta relación entre la aparición de DMAE y las malas dietas basadas en el abuso de grasas saturadas.

Como podemos observar, existen factores de riesgo modificables como el tabaquismo, la obesidad y dieta o la hipertensión. Sin embargo, no debemos olvidar que, aunque es importante evitar estos malos hábitos, el agente principal siempre será la edad.

 

 

Tratamiento de la degeneración macular

La DMAE es una enfermedad de difícil tratamiento y que evoluciona progresivamente hacia la ceguera. El objetivo terapéutico será, por tanto, frenar la evolución de la enfermedad para que la pérdida de la agudeza visual sea lo más lenta posible. Para ello, diferenciamos entre el tratamiento para cada tipo de DMAE:

  • DMAE atrófica o seca: debido a la falta de conocimiento acerca de su patogenia, los estudios (que están en continuo ensayo) no han logrado aún desarrollar un tratamiento eficaz. Sin embargo, destaca el empleo de suplementos vitamínicos, con el objetivo de frenar el avance de la enfermedad. Cabe destacar además que el pronóstico de este tipo de DMAE es mejor que el de la exudativa. 
  • DMAE exudativa o húmeda: en este caso, sí existe una mayor evidencia a favor de la eficacia de ciertos fármacos: los antiangiogénicos. Su efecto se centra en impedir el crecimiento descontrolado de vasos sanguíneos que tiene lugar en algunas enfermedades como la DMAE exudativa o el cáncer. De esta forma, se intenta mantener controlada la enfermedad.
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